Dicen que los libros no muerden pero no estoy tan segura. Después de todo, los libros tienen vida propia. Nos divierten, nos conmueven y a veces nos frustran con un final no tan feliz. Cuando pienso en libros que muerden me vienen a la mente no sólo obras de terror y fantasía sino también algunas combinaciones entre ambas.
Tradicionalmente el terror y el horror iban de la mano, seguidos por la ciencia ficción con su visión melancólica que parecía predicar acerca del advenimiento de algún Apocalipsis generalmente provocado por la desidia humana, mientras la fantasía nos invitaba a soñar con mundos habitados por seres mágicos, héroes y villanos.
La novela gótica -caracterizada por sus paisajes sombríos, castillos con sótanos, criptas y pasadizos poblados de fantasmas y demonios, donde damiselas en apuros se desmayaban dramáticamente para luego ser rescatadas por un gallardo héroe- fue fuente de inspiración para reconocidos autores como Jane Austen, las hermanas Bronte, Mary Shelley y Bram Stoker. Pero su influencia no concluyó allí, Anne Rice creó un universo de vampiros góticos y glamorosos que cambió nuestra visión de los no-muertos. Por primera vez los vampiros no eran los villanos monstruosos de la historia sino los protagonistas.
Y cuando creíamos que estaba todo dicho nos sorprende la aparición de nuevos géneros, entre ellos el denominado Urban Fantasy con reminiscencias de elementos muy variados como la visión de un mundo post-apocalíptico típica del ciberpunk, los vampiros melancólicos de Anne Rice y las heroínas de armas tomar, capaces de combatir las fuerzas del mal sin desmayarse que nos recuerdan a Buffy la cazadora y a la protagonista de Witchblade. Estas historias están ambientadas en un futuro cercano después de "La gran revelación". Dicho en otras palabras, se trata de un mundo donde todos saben que los seres sobrenaturales están entre nosotros, tienen derechos civiles y hasta pagan sus impuestos...
Definitivamente, hoy más que nunca, los libros muerden.
Tradicionalmente el terror y el horror iban de la mano, seguidos por la ciencia ficción con su visión melancólica que parecía predicar acerca del advenimiento de algún Apocalipsis generalmente provocado por la desidia humana, mientras la fantasía nos invitaba a soñar con mundos habitados por seres mágicos, héroes y villanos.
La novela gótica -caracterizada por sus paisajes sombríos, castillos con sótanos, criptas y pasadizos poblados de fantasmas y demonios, donde damiselas en apuros se desmayaban dramáticamente para luego ser rescatadas por un gallardo héroe- fue fuente de inspiración para reconocidos autores como Jane Austen, las hermanas Bronte, Mary Shelley y Bram Stoker. Pero su influencia no concluyó allí, Anne Rice creó un universo de vampiros góticos y glamorosos que cambió nuestra visión de los no-muertos. Por primera vez los vampiros no eran los villanos monstruosos de la historia sino los protagonistas.
Y cuando creíamos que estaba todo dicho nos sorprende la aparición de nuevos géneros, entre ellos el denominado Urban Fantasy con reminiscencias de elementos muy variados como la visión de un mundo post-apocalíptico típica del ciberpunk, los vampiros melancólicos de Anne Rice y las heroínas de armas tomar, capaces de combatir las fuerzas del mal sin desmayarse que nos recuerdan a Buffy la cazadora y a la protagonista de Witchblade. Estas historias están ambientadas en un futuro cercano después de "La gran revelación". Dicho en otras palabras, se trata de un mundo donde todos saben que los seres sobrenaturales están entre nosotros, tienen derechos civiles y hasta pagan sus impuestos...
Definitivamente, hoy más que nunca, los libros muerden.
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